jueves, 21 de enero de 2010

CARTA A LOS “AMIGO/AS”, QUE NO(SE) FUERON - JOSE ANTONIO N. A.

Amaneció entre penumbras y estío un sentimiento para algunos extraño, para otros negado. La mañana ha guardado celosamente el aroma de esas primeras veces, pero hoy ya no se tiene ha donde ir para encontrarse con ese simulacro de “amigo” real, intentos de amistad, en aquella nuestra humeada villa que años compartimos. Hoy le debo mas a los intentos que a las desdichas y las diferencias, no se han dejado vencer y la victoria esta deambulando en esas mañanas tardes y noches que compartimos tantas veces, algunas y otras madrugadas también marcaron el sentimiento único que aborda a todo ser, el sentirse querido, amado o simplemente aceptado por aquellos que nunca conociste y quizás nunca conocerás. Nunca podré olvidar sus caras “amigos” que no(se) fueron, se lo dice alguien que al irse por un momento critico de la vida supo encontrar la misma alegría al regresar, ya no de mañana quizás de tarde, noche o madrugada, total dicen que la apropiación del tiempo es propia y exclusivamente del hombre, igual debe ser la alegría o la tristeza. El irme fue de poco agrado, extrañar sus risas, entre bromas y abrazos, no bastaba algunas veces cuando tan solo necesitaba un soplo de su animo, solo quiero decir que algunos en esos momentos se les percibía lejanos, y es por que se suele pensar en esos instantes que ya se habían ido, como ahora se piensa después de 5 años. Los que no se fueron no tenían por que llamar, siempre estuvieron conmigo y les doy gracias por volver a darme luego la oportunidad de reir contigo “amigo” en mi regreso. Tu eras ese otro que ni un “letrado racional” sabría entender, por que tu otredad era angustia, alegría y soledad. Hemos vivido juntos si, y hay que mencionarlo, vivimos murmurando o arguyendo quien llevaba el “mal” en sus cuestas. Pero hoy se sabe por que se siente, y como aquellos que se alejaron pronto y volvieron, deben de sentir que eso hoy ya no basta, por que cuando la amistad se niega en verdad, es cuando tu voluntad u orgullo deja escapar a los que quieres sean tus “amigos” de verdad. Hemos vívido separados si, y hay que señalarlo, por que la separación lleva en su vacío esa emoción por la cual quisieras siempre volver, para esta vez si poder decir: “amigo” ya no puedo verte sentado por acá, tú y solo tú sabrás ponerle nombre a ese tu momento que te trajo hasta acá. No se fueron, siempre estuvieron sin cruzar palabra alguna quizás, pero con la firme idea de cuidar su recinto como se cuida el hogar cuando algún extraño quiere violentar, cítese o tómese esta palabra en todo aspecto. Se que aunque diferenciados no lo habrían permitido, por que cada particularidad hubiera sido instrumento valioso para rastrear por el borde a cualquier asesino “intelectual”. Se que ya no estarás “amigo” en lo concreto, aunque desde el balcón quiera encontrarte entre las sombras de esos árboles, solo quedara tu presencia infinita, aquella que se logra cuando el sentimiento no se remite a lo físico o lo mortal. Volverás quizás algún día, en ese tu balcón preferido, tu mañana fría, tu tarde sombría o tu noche de extraña alegría depresiva. Volverás para perder tu mirada y escuchar las voces de tus “amigos”, tendrás ese momento para ti y aunque te lo niegues sabrás que si dejaste amigos, y solo querrás en tu ira triste, encontrar de tantos uno, tan solo para decirle “vete al carajo” o “hijo de puta”, querrás darle la mano o abrazarlo, quizás muy en contra de tu modestia o tu altivez imaginaria, querrás en tu pulsión propiamente humana hacerlo, por que ese otro bendito vendrá a rescatarte de la nostalgia inerte. Por favor no tardes en hacerlo si tienes la oportunidad. Algunos saben que es extrañar a un “amigo” que no lo fue para tu juicio convencional, pero la amistad si bien esta en la diferencia creo que más se deja ver en la bondad, la bondad no en oposición a lo impío o cercana a la piedad, sino como consecuencia del pensar en que te viste solo un día de tu vida, y que te hablaste a ti mismo por doquier cuando el silencio quería aspirar temor. Si tuvieras a tu lado a los amigos que no(se) fueron, ese silencio formaría parte del diálogo mismo por la sencilla razón de existir más allá de displicencias o diferencias, la bondad es por ello, un camino de dialogo que moviliza el alma y la propia voluntad, pero que se inicia a través de un sentimiento que a nadie escapa, ese el mismo que experimentaras cuando no haiga nadie caminando en el pasillo de tus recuerdos y el salón de tus alegrías y lamentos. “Amigos” que no(se) fueron gracias por dejarme ir y volver ocultando muchas veces el tejido de sus emociones o manifestando, gritando, bailando, contradiciendo, debatiendo o simplemente cantando. Lo importante es que estuvieron cerca aun estando lejos, y es que el imaginar la presencia ya trae de por si preguntarse ¿donde estarán o que estarán haciendo?. No me lo digas amigo, por que mi nostalgia responderá con alegría o con llanto a través de los recuerdos en cualquier espacio o quizás con tu mente ya estarás en ese tu balcón preferido para dialogar y juguetear. Y es que amigos, la clase aun no acabado y ya estamos por entrar, que es lo mismo que salir cuando recién vamos a empezar. Nos encontraremos pronto, por que nótese solo se fueron las comillas(“”), mas nunca se irán con el tiempo los amigos de verdad. Y disculpame si junto a mis palabras me retiro, y es que ya te estoy viendo llegar o quizás ya estabas acá y tan solo despertaste mi emoción lineal. Gracias por ello, no tardare amigos en volverlos a abrazar.

No hay comentarios: